Zé Maria regresó a la escuela para las actividades de vacaciones. Sus ojos incluso se iluminaron cuando vio a sus colegas y amigos el primer día que llegó. A pesar de todos los miedos y especialmente de todas las incertidumbres, creo que tomamos la decisión correcta. Porque confiamos, pero principalmente porque tenemos que retomar rutinas. Y porque tanto él como António necesitan otras reglas, otros tiempos, otras actividades, amigos, más hijos, para vivir juntos, para hacer cosas. Que parte de tu vida vuelva a crecer emocionalmente también. Es una decisión personal, pero después de sopesar los pros y los contras en la balanza, dando consejos a su pediatra, decidimos que nuestros hijos regresarían a sus lugares y vida lo más cerca de lo que conocían.
Van a la escuela, hacen algunas actividades deportivas y vuelven a casa. Evitamos los centros comerciales, supermercados y similares durante el mayor tiempo posible. Y lo revisamos un día a la vez y tomamos decisiones a medida que surgen las cosas.
Con este regreso, volvieron los bocadillos para llevar al colegio. Fui a descubrir recetas antiguas de cosas favoritas, pero también algunas nuevas, como estas galletas que fueron aprobadas, y son bastante sencillas y rápidas de preparar.
Ingredientes para unas 20 obleas pequeñas:
30 g de harina de coco
90g de copos de avena fina
60 g de aceite de coco
60 g de azúcar de coco
1 huevo
Preparación:
Mezclar harina de coco con azúcar y copos de avena. Hacer un espacio en el medio y agregar el aceite de coco ablandado y el huevo, y mezclar bien hasta incorporar. Refrigera unos 30 minutos para que quede más firme Coloca la masa en el refrigerador por 30 minutos hasta que esté firme.
Luego forma bolitas, luego aplástalas con los dedos y colócalas en una bandeja forrada con papel pergamino.
Llevarlo al horno previamente calentado a 160ºC durante unos 15 minutos hasta que empiece a dorar las puntas,
Retirar, dejar enfriar en una rejilla, luego guardar las galletas frías en un frasco o caja cerrada.
¡Buen provecho!