La polenta no es más que harina de maíz molida gruesa. La proporción clásica es 1 parte de polenta por 4 partes de agua, pero a mí me gusta medir la polenta sólo un poco de una taza llena. A menudo uso caldo de pollo en lugar de agua. Es una base perfecta para cualquier tipo de carne con salsa o ragú de hongos.
INGREDIENTES
- 4 tazas de agua
- 1 cucharadita de sal fina
- 1 taza de polenta
- 3 cucharadas de mantequilla, divididas
- ½ taza de queso Parmigiano-Reggiano recién rallado, y más para adornar
Instrucciones
- Paso 1
Poner a hervir agua y sal en una olla grande; verter la polenta lentamente en el agua hirviendo, batiendo constantemente hasta que toda la polenta se mezcle y no haya grumos. - Paso 2
Reduzca el calor a bajo y cocine a fuego lento, batiendo a menudo, hasta que la polenta empiece a espesar, unos 5 minutos. La mezcla de polenta debería estar todavía ligeramente suelta. Cúbrala y cocínela durante 30 minutos, batiendo cada 5 o 6 minutos. Cuando la polenta esté demasiado espesa para batir, revuelva con una cuchara de madera. La polenta se hace cuando la textura es cremosa y los granos individuales están tiernos. - Paso 3
Apague el fuego y revuelva suavemente 2 cucharadas de mantequilla en la polenta hasta que la mantequilla se derrita parcialmente; mezcle 1/2 taza de queso Parmigiano-Reggiano en la polenta hasta que el queso se haya derretido. Cúbrala y déjela reposar 5 minutos para que se espese; revuelva y pruebe la sal antes de transferirla a un tazón de servir. Cubrir la polenta con la cucharada de mantequilla restante y una cucharada de queso Parmigiano-Reggiano recién rallado para adornar.