Un nombre pomposo para uno de mis desayunos de esta semana. Ahora el objetivo también ha sido utilizar cosas que están congeladas y no desperdiciar nada. Hace un tiempo (incluso antes de la madriguera 19) terminé congelando dos aguacates porque ya estaban muy maduros y, por miedo a que se echaran a perder, y como no los iba a consumir entre tanto, terminé congelando, separados y ya pelados. Sabía que podía usarlos así para batidos y tazones de frutas.
Sin embargo, estos días han sido importantes para planificar aún más cosas con todo lo que congelo, y me he propuesto usar todo de una manera aún más consciente y regular. Y además, como no tenemos una hora fija para salir de casa, hay pequeños gestos que se pueden hacer con más tranquilidad, y el desayuno resulta ser uno de ellos.
Entonces vino un cuenco cremoso de frutas y verduras para un desayuno diferente. ¡Ni siquiera pensé que se veía tan bien! Pero se quedó y los niños comieron la mitad de mi desayuno. Eso sí, ¡mientras tanto ya hemos repetido con el otro aguacate!
Ingredientes para 1 persona:
1 aguacate pequeño (usado congelado)
1 naranja pequeña
1/2 plátano de la madera
1 cucharada de mantequilla de almendras
5 hojas de menta
1 puñado de espinacas tiernas (frescas)
Fresas y granola casera para servir
Preparación:
En el vaso de la licuadora o robot de cocina, coloca el aguacate, la naranja en rodajas, el plátano, la mantequilla de almendras, la menta y las espinacas y muele hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Si lo considera necesario, puede agregar dos o tres cucharadas de agua.
Luego poner la mezcla en un bol y encima disponer fresas al gusto (u otra fruta roja) y un poco de granola casera.
Servir inmediatamente.
¡Buen provecho!