Un día de estos, en un zapping por los canales de televisión, pillé a Rachel Khoo, haciendo una raya con pasas de Corinto. Para mí fue casi una señal, porque tenía rayado de hornear y unas grosellas congeladas desde Navidad, y por eso, a partir de su receta, terminé haciendo mi versión de rayado. Le agregué vino tinto, aunque en la receta que le presenté a Rachel usé un licor de vino, y luego adapté un poco los acompañamientos. Pero fue un delicioso almuerzo dominical, y varió en la forma más habitual y convencional de hacer mi horneado.
Ingredientes para 4 personas:
1,5 kg de rayado para hornear (pieza entera, con algunas pinceladas en el curate, ¡que siempre pido en la carnicería para hacer!)
200g de grosellas
200ml de vino tinto
sal y pimienta
1 cebolla
4 cucharadas de miel
Preparación:
Empiece por preparar la marinada. Agrega las grosellas, el vino tinto, la sal y la pimienta y la miel y envuelve la mezcla rayada en este adobo. Ponga todo en una bolsa para congelador, la carne y el adobo, y déjelo de 12 a 24 horas en el refrigerador.
Transcurrido ese tiempo, pela una cebolla y córtalas en medias lunas, colocándolas en el fondo de una bandeja. Coloque la carne sobre la cebolla, sazone con un poco más de sal y rocíe con la marinada.
Llevar al horno previamente calentado a 180ºC durante unas 2 horas. Transcurrido ese tiempo, suba la temperatura a 220ºC y deje que la piel se tueste durante unos 10 a 15 minutos – observe.
Retire la carne y déjela reposar un rato antes de cortarla.
Sirva con una ensalada fresca – Yo sirvo con ensalada de zanahoria y manzana rallada con pasas y nueces, y una ensalada de hojas verdes y aderezo de yogur, así como con algunos de los jugos caramelizados de asar la carne.
¡Buen provecho!